En los estudios realizados sobre el efecto del ibuprofeno en el embarazo, se ha podido observar que en mas mujeres que habían tomado ibuprofeno durante el embarazo más de 28 días, en comparación con aquellas que habían lo habían tomado durante menos de 28 días.
Además los estudios realizados sobre la ingesta de ibuprofeno en el primer trimestre, indican que este podría llegar a tener unos efectos muy negativos, como son:
- Aumento de la posibilidad de sufrir un aborto espontáneo.
- Podría presentarse en en el bebé un defecto en el corazón u otras anomalías congénitas, como el paladar hendido.
- Pueden producirse defectos en la pared abdominal.
La toma de ibuprofeno en el tercer trimestre de embarazo (a partir de las 28 semanas), pude tener las siguientes consecuencias:
- Reducir la cantidad de líquido amniótico y en consecuencias afectar de forma grave el desarrollo de los pulmones del bebé.
- Afectar el desarrollo del corazón del bebé.
- Retrasar el comienzo del parto, haciendo que tenga una mayor duración.
El paracetamol es considerado como el fármaco mas seguro para aliviar el dolor durante el embarazo. Si el paracetamol no produce el efecto deseado y el dolor persiste, no se debe recurrir al ibuprofeno. Hablar con el médico para determinar la causa del dolor y el tratamiento adecuado en casa caso, es la alternativa más segura.
Los mareos o la sensación de desmayo son bastante comúnes durante el embarazo. Es un síntoma que se presenta de forma más frecuente en el primer trimestre, pero algunas mujeres lo sienten durante todo el embarazo.
¿Por qué se producen los mareos durante el embarazo?
La principal causa de los mareos durante el embarazo es que aumentan las hormonas que hacen que los vasos sanguíneos se relajen y se ensanchen. Esto ocurre para ayudar a aumentar el flujo de sangre hacia el bebé, pero también retrasa el retorno de la sangre en las venas de tu cuerpo. En consecuencia la presión arterial es más baja de lo normal, estos puede disminuir el flujo de sangre hacia el cerebro, los que produce mareos en la embarazada.
Los mareos también se producen a causa de las bajadas de los niveles de azúcar en la sangre, que pueden suceder mientras tu cuerpo se va adaptando a los cambios que se producen en tu metabolismo por el embarazo. Las mujeres que padecen de anemia o que tienen venas varicosas pueden ser más susceptibles a sufrir mareos.
Durante el segundo trimestre de embarazo, los mareos pueden manifestarse porque el crecimiento del útero ejerce presión sobre los vasos sanguíneos.
También puedes tener mareos más adelante en tu embarazo si te tumbas boca arriba, permitiendo que el peso del bebé presione en la vena cava, que es la encargada de transportar la sangre desde la parte inferior de tu cuerpo al corazón.
Consejos para prevenir los mareos durante el embarazo
- Evita estar de pie por mucho tiempo. Si tienes que estar de pie, intenta mantener tus pies en movimiento para favorecer aumentar la circulación.
- Levántate lentamente cuando estés sentada o tumbada.
- Come regularmente. Evita que pasen largos períodos de tiempo entre comidas.
- Evita los baños o duchas calientes.
- Evita acostarte boca arriba una vez que alcances la mitad del segundo trimestre de embarazo.
- Usa ropa suelta y cómoda para evitar cortar la circulación.
¿Qué debes evitar hacer si te sientes débil?
Si te sientes débil y tienes la sensación de que te vas a desmayar, hay algunos pasos que puedes seguir para ayudar a aliviarlo. Es común desmayarse durante el embarazo, así que debes tener mucho cuidado.
Estas son algunas sugerencias útiles:
- Evita levantarte rápidamente cuando estés sentada o acostada. Levantarse de manera brusca es una razón común de mareos, debilidad y desmayo en las mujeres embarazadas.
Si te sientes débil, intenta lo siguiente:
- Siéntate o acuéstate y baja la cabeza.
- Respira profundamente.
- Abre las ventanas y colócare en la zona donde circule el aire.
- Incorpora a tus comidas alimentos ricos en hierro.
Si los mareos se acompañan de sangrando y/o dolor en el abdomen, acude inmediatamente al médico, ya que podría ser un signo de un embarazo ectópico, una placenta baja, o desprendimiento de la placenta.
También debes acudir a tu médico si tienes mareos recurrentes o acompañados con visión borrosa, dolores de cabeza o palpitaciones. Esto puede ser un síntoma de anemia severa o alguna otra enfermedad que podría tener un efecto negativo en tu embarazo.
El ácido fólico es una vitamina muy necesaria durante el embarazo, ya que ayuda a prevenir malformaciones en el bebé y anemia en la mujer.
Los especialistas recomiendan a las embarazadas tomar diariamente un suplemento de ácido fólico, incluso lo indican tres meses antes de iniciar las gestación en aquellas que están buscando el embarazo.
¿Qué es el ácido fólico y para qué sirve?
El ácido fólico es una vitamina, concretamente la B9, que juega un papel muy relevante en el embarazo. Este interciene en la división de las células y origina la formación de órganos y tejidos del bebé.
Por esta razón es imprescindible tomar alimentos ricos en ácido fólico, incluso antes de quedarse embarazadas, para tener reservas de esta vitamina.
Tomar ácido fólico correctamente reduce hasta en un 70% el riesgo de que el bebe nazca con algún defecto del tubo neural (el más conocido es la espina bífida) y en un 40% el riesgo de padecer otro tipo de malformaciones, como labio leporino o paladar hendido.
Se ha demostrado además que tomar ácido fólico en los primeros meses del embarazo ayuda a prevenir problemas cardíacos en el bebé.
También para la futura madre el ácido fólico es importante, ayuda a alcanzar el volumen de glóbulos rojos que necesita durante el embarazo. Además, un grupo de investigadores la Universidad de Ottawa (Canadá), ha demostrado que el ácido fólico es útil para reducir el riesgo de preeclampsia, un problema que tiene relación con la hipertensión y que puede llegar a ser grave.
El ácido fólico puede encontrarse principalmente en las verduras de hoja verde intenso, tales como las acelgas, lechugas o espinacas, y también, aunque en menor medida en las legumbres, las frutas cítricas como las naranjas o los limones, los frutos secos o la leche. Algunas marcas de láctros ofrecen productos enriquecidos con ácido fólico, especiales para tomarlos durante el embarazo.
Es conveniente tomar este tipo de productos más de lo habitual, pero la cantidad necesaria de vitamina B9 (ácido fólico) durante el embarazo, es decir, 0,4 mg diarios (más aún en las mujeres fumadoras o que esperan gemelos), no puede obtenerse únicamente de los alimentos.
Por esta razón el ginecólogo recetará un suplemento, indicando además cuanto tiempo debe tomar la futura madre. Generalmente se receta en el primer trimestre del embarazo, luego se indique un descanso, para retomarlo al final del embarazo y durante la lactancia, con el objetivo de prevenir anemias.
Si la mujer no ha tomado ácido fólico desde antes del embarazo, o en los casos en los que haya un riesgo considerable de que el bebé pueda sufrir alguna malformación del tubo neural o facial, es probable que el médico recete a la embarazada ácido folínico, cuya acción en el organismo es más rápida.
Para evitar ir al hospital, que no sea el momento adecuado, y terminar regresando a casa otra vez, se debe acudir cuando realmente ha comenzado trabajo de parto. Existen diversas señales que indican que el parto se acerca, estas son:
La bolsa se rompe y se expulsa el líquido amniótico, esto puede ocurrir de manera gradual o de repente. En algunas mujeres aparecen contracciones en este momento, y es necesario acudir al hospital inmediatamente.
Si notas sangrado vaginal con mucosidad, es porque se ha producido la expulsión del tapón del cuello del útero, lo cual indica que el momento del nacimiento del bebé está cerca.
Las contracciones son una señal inequívoca del trabajo de parto. Es importante tener en cuenta la frecuencia y la duración de estas. Las contracciones activas se presentan cada 5 minutos y tienen una duración de entre 45 y 60 segundos, el cuello del útero presenta una dilatación de 3 centímetros o más.