Un día más seguimos con la serie de entradas dedicadas al Embarazo semana a semana, llegando ya a la semana 18, ese momento en el que la madre suele decir que comienza el quinto mes de embarazo.
A partir de esta semana el tamaño del útero ya empieza a hacer más evidente la barriguita y, aunque se puede seguir haciendo vida normal, pues ya han quedado atrás los síntomas del primer trimestre, pueden empezar a aparecer nuevos síntomas propios de los cambios que vive la madre. Vamos a ver cuáles son esos cambios en la madre y cuáles los que suceden en el bebé en la semana 18 de gestación.
Cambios en el bebé en la semana 18 de embarazo
En la semana 18 de embarazo, momento en que el bebé lleva 16 semanas formándose, mide unos 13-15 cm y pesa cerca de 150 gramos. Para conocer más sobre sus medidas, deciros que su fémur mide ahora unos 2,7 cm y que la circunferencia de su cabecita mide unos 15,4 cm.
Su oído está más desarrollado y las terminales nerviosas también, por ello es capaz de empezar a escuchar sonidos como sus latidos e incluso el paso de la sangre por el cordón umbilical.
El corazón va madurando, estando dividido por las dos aurículas y los dos ventrículos. Las aurículas están aún comunicadas entre sí, pasando sangre de la derecha a la izquierda por el llamado foramen oval, como medida para prevenir el paso de sangre a los pulmones. En el momento en que el bebé nace, cuando tiene que empezar a utilizarlos y empieza a respirar, ese agujero se cierra.
Los genitales externos están ya formados y por eso puede ya saberse en esta semana el sexo del bebé. Como la ecografía de control se suele hacer a las 20 semanas, no será hasta ese momento cuando los padres que así lo quieran sepan el sexo del niño que esperan.
Además, como curiosidad, a partir de esta semana empiezan a formarse las huellas dactilares del bebé.
Cambios en la mujer en la semana 18 de embarazo
El cuerpo sigue cambiando y se calcula que el aumento de peso de la madre hasta esta semana (el acumulado hasta la fecha) es de unos 3,550 kg, aunque como hemos dicho en anteriores semanas, esto no es más que una media.
Como hemos dicho al inicio de la entrada, el crecimiento del útero hace que ya pueda llegar a estar a la altura del ombligo. Ese aumento de tamaño puede hacer que se comprima la vejiga y que la sensación de tener ganas de orinar aparezca más a menudo. Se dice que la sensación es parecida a cuando se tiene una infección de orina, porque has de ir al wáter en varias ocasiones a lo largo del día y de la noche, pero sin la sensación de escozor típica de la infección.
Además de notarse los cambios en el tamaño de la barriga, los pechos empiezan a notarse de mayor tamaño, momento en que hay que ir utilizando ropa interior y exterior más holgada y cómoda. Es posible también que ese aumento de peso en la parte delantera modifique un poco la posición y postura de la mujer y que cambie un poco el equilibrio a la hora de caminar. Hay que vigilar la espalda, pues puede empezar a doler.
Para prevenirlo y como fuente de salud y bienestar, sigue siendo recomendable llevar una dieta sana y hacer ejercicio que pueda fortalecer la musculatura en general y ayude a que los cambios al caminar no afecten.
Sobre el tema del sueño, es posible que algunas mujeres tengan que cambiar su postura para dormir, sobretodo si están acostumbradas a dormir boca abajo. El tamaño de la barriga puede hacer molesto dormir de ese modo, teniendo que encontrar la mujer otra posición más cómoda. Como boca arriba el peso de la barriga cae sobre el propio cuerpo, y puede no tolerarse bien, la posición más recomendada es de costado sobre el lado izquierdo con un cojín entre las piernas.