Abortos de Repetición
Los abortos de repetición son una patología que se reconoce tras la acumulación de tres o más embarazos interrumpidos por abortos espontáneos. Este tipo de abortos los sufre un 15% de la población, porcentaje de riesgo que aumenta cuando ya ha sucedido en alguna ocasión.
En estos casos se establece un problema de esterilidad de la pareja. Los óvulos de la mujer son fecundados, iniciándose así el proceso de gestación, pero este proceso no finaliza con éxito. La reiterada interrupción del embarazo, además de aumentar las probabilidades de que se repita de nuevo, es una clara muestra de que existe un problema, ya sea por un factor masculino o femenino, que hay que tratar e intentar buscar una solución.
¿Qué son los abortos de repetición?
Los casos de abortos clínicos se sitúan alrededor del 15%. Cuando la mujer ya ha tenido un aborto previamente, esta posibilidad aumenta hasta el 18%, y en cuando se han dado dos o más casos previos alcanza el 25-30%.
La comunidad científica no ha determinado exactamente cuándo iniciar el estudio de los abortos de repetición. Sin embargo, tener un 25% de posibilidades de un nuevo aborto tras dos abortos previos y saber que esperar a un tercero tampoco ayudará a descubrir la causa, es un motivo suficiente para realizar el estudio específico en aquellas parejas que hayan sufrido dos o más abortos.
¿Por qué se tienen abortos recurrentes?
Cuando un embarazo no evoluciona correctamente y se ve interrumpido antes de llegar al parto es porque existe algún problema, y aún más en los casos en que esta situación sea reiterada. La obesidad materna y las enfermedades asociadas como la hipertensión arterial o diabetes son algunos de los factores de riesgo que pueden provocar estos abortos. Además, un embarazo múltiple ya es de por si más complicado, por lo que el riesgo de interrupción es mayor.
Más allá de estos aspectos, hay varios factores que pueden provocar la interrupción del embarazo. En algunos casos pueden aparecer factores inmunológicos que provoquen el rechazo del organismo hacia el embrión en el momento de la implantación, situación que imposibilitaría la correcta evolución del embarazo.