¿Qué es la citología y en qué consiste?
La citología es una prueba que sirve para diagnosticar las lesiones precursoras o el propio cáncer de cuello uterino (CCU). También detecta posibles infecciones causadas por bacterias, hongos o virus, como el virus del papiloma humano (VPH), una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes y hoy ya reconocido como el agenta causal del cáncer de cérvix. La citología no duele, es una técnica muy sencilla que dura menos de 5 minutos y que, normalmente, forma parte de la revisión ginecológica.
Para llevar a cabo la citología, la paciente se tumba en la camilla, adoptando la llamada posición ginecológica o litotomía. De esta forma, el ginecólogo o ginecóloga obtiene una muestra de las células del interior y el exterior del cuello del útero, y del fondo de la vagina. Para ello, realiza un suave raspado con la ayuda de una espátula y un cepillo. La muestra se coloca en un portaobjetos, que consiste en una pequeña lámina delgada de vidrio. Ahí se lleva al laboratorio para analizarla al microscopio y poder elaborar un diagnóstico que suele obtenerse en 2-4 semanas.
¿Cada cuánto tiempo se debe hacer una citología?
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) aconseja que todas las mujeres se realicen una citología a partir de los 25 años de edad. Además, para un seguimiento adecuado, debe repetirse cada 3 años si se tiene entre 25 y 30, y cada 5 años desde los 30 hasta los 65. A partir de esta edad, no será necesaria siempre que los resultados anteriores hayan sido adecuados y negativos. Sin embargo, es conveniente que las pacientes inmunodeprimidas, a las que el VPH puede afectar más, se realicen la prueba citológica una vez al año desde los 21. También han de hacerse un test del VPH junto a la citología desde los 30 años en adelante. De cualquier forma, siempre es fundamental seguir las indicaciones del ginecólogo, que podrá adaptar el protocolo de seguimiento a la situación personal de cada paciente.
¿Es aconsejable realizarse una citología antes o durante el embarazo?
Las mujeres que deseen quedarse embarazadas, bien sea de forma natural o mediante un tratamiento de fertilidad, deben realizarse una citología de forma preventiva antes de concebir al bebé. Durante el embarazo, los especialistas recomiendan esta prueba a las mujeres de más de 25 que no se la hayan hecho en los tres últimos años. Conviene señalar que no existe ningún riesgo de contraer infecciones, ni tampoco de romper la bolsa amniótica o de parto prematuro al realizar la citología. No obstante, algunas pacientes pueden sufrir pequeños sangrados tras la citología ginecológica, que no implican ningún tipo de problema en la gestación.
Recomendaciones para la citología
Los días previos a la citología ginecológica deben seguirse estas indicaciones con el objetivo de evitar alteraciones en los resultados:
- Haber finalizado la regla 3 o 4 días antes de la prueba.
- No mantener relaciones sexuales las 48 horas previas.
- Lavarse externamente con agua y jabón neutro. No hacerse lavados internos ni emplear desodorantes vaginales.
- No utilizar tratamientos tópicos 5 o 7 días antes (óvulos, espermicidas o cremas vaginales).
Durante la citología, la mujer ha de estar relajada para evitar que se contraigan los músculos de la vagina, lo que podría causar molestias. Una vez realizada, no requiere de cuidados posteriores y la paciente puede hacer vida completamente normal.