¿Qué es la ovodonación?

ovodonación

¿En qué consiste?

La ovodonación es una técnica de reproducción asistida que se asemeja a la fecundación in vitro, solo que en vez de utilizar los ovocitos de la paciente, se usan los ovocitos de una donante anónima.

La donante cede sus óvulos para que éstos puedan ser fecundados con el semen de la pareja de la mujer que los recibe o de otro donante.

Perfil de las pacientes y las donantes

Este proceso se aplica principalmente a pacientes que presentan una mala calidad de los ovariosmal funcionamiento de estos o un número insuficiente de ovocitos para lograr el embarazo. Asimismo, también pueden ser receptoras de la donación aquellas mujeres con menopausia precoz, que carezcan de ovarios o que hayan tenido que operarlos.

Pero el factor más importante es la edad de la paciente, comprendida entre los 42 y 45 años, ya que entonces la probabilidad de embarazo con fecundación in vitro o con sus propios óvulos es muy baja, tanto para el embarazo como para que se desarrolle de forma normal.

El único requisito que debe cumplir una mujer para someterse a este tratamiento es que cumpla con un diagnóstico adecuado. “La única condición que la ley marca como límite para realizar esta técnica es hasta los 50 años. Y, lógicamente, que no padezca ningún tipo de patología ni exista riesgo para ellas o el niño que pueda nacer”, explica Alberto García Enguídanos, director médico de la Clínica Tambre de reproducción asistida, en Madrid.

En cuanto al perfil de las donantes, se establece que sean mayores de edad, sin superar los 35 años para no aumentar los riesgos genéticos del embarazo. Además, han de superar las pruebas que se les realiza previamente, junto con un estudio personal y familiar para verificar que no padezcan ningún problema de salud.

A esto se le añade una evaluación psicológica, una exploración física completa y analíticas generales para asegurarse de que no haya infecciones de transmisión sexual, tal y como señala el experto.

Procedimiento

El procedimiento que se lleva a cabo para el tratamiento, consiste, en primer lugar, en preparar el útero de la paciente para que, en el momento de obtener los óvulos se puedan fecundar con los espermatozoides. A continuación, se dejan en su útero los embriones ya fecundados para que se desarrolle un embarazo normal. Esto se consigue a través de la estimulación.

Antes de comenzar el tratamiento, se le efectúa a la mujer una serie de pruebas para comprobar su estado de salud general. “Se le realiza una ecografía para descartar que no tenga ningún tipo de anomalía en su aparato genital y una analítica general para confirmar que no haya problemas de salud general que puedan afectar tanto a la consecución del embarazo como al posterior embarazo”, explica García.

Este examen se efectúa con el objetivo de poder descartar cualquier anomalía por parte de la paciente y, sobre todo, incluye la serología para infecciones de transmisión sexual como hepatitis Csida o sífilis.

A ello se le suma una prueba de enfermedades infecciosas que puedan afectar al embarazo como la rubeola, la toxoplasmosis y determinados virus.

En el caso concreto de la donación de ovocitos, que se aplica a mujeres en edad más avanzada, “puede ser importante realizar mamografías y estudios para valorar su salud, como puede ser de cardiología y pruebas de glucemia para descartar riesgos de diabetes”, añade el experto.

Resultados

La ovodonación es la técnica de reproducción asistida que ofrece una tasa de embrazo más alta. “Actualmente en esta clínica está en un 67 por ciento de efectividad”, afirma García, quien también señala que solo una tercera parte de las parejas que se someten a este proceso no logran el embarazo en un primer intento.

Aun así, puede ocurrir que la gestación no se produzca en el primer procedimiento. En este caso, si a raíz de la primera prueba se han quedado embriones congelados, se podría recurrir a ellos para hacer un siguiente intento sin tener que volver a sincronizar con la donante. Es decir, que no sería necesario volver a someterla de nuevo a las analíticas requeridas.

En ocasiones hay que llevar a cabo un segundo proceso, tras lo cual, las tasas de embarazo son tan elevadas que son muy pocos los casos que llegan a necesitar más. Si entonces tampoco se desarrolla la gestación, se procederá a valorar si existe algún problema de efectividad en el útero.

Sobre los inconvenientes a los que se podría exponer la paciente, no se centran en la ejecución de la técnica, sino en su edad, ya que al ser más avanzada puede haber riesgo de hipertensión durante el embarazo o diabetes gestacional. Aunque en estos casos, se evalúan más detalladamente para que no haya ningún peligro.

Diferencia de la fecundación in vitro

Con respecto a otras técnicas de reproducción asistida, la fecundación in vitro es la más similar a la ovodonación, aunque se aprecian algunas diferencias entre ambas.

García destaca que la principal ventaja de esta técnica es su comodidad para las pacientes, además de asegurarse una tasa de eficacia en el embarazo más alta que con otras.

Con este tratamiento la paciente no se somete a ningún proceso de estimulación ni se le administran inyecciones, ya que la mayor parte del proceso se basa en la toma de pastillas. Tampoco es necesaria una intervención quirúrgica porque solo se realiza la transferencia de embriones.

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